hablemos del modelo…
Por: Luis David Gómez (Biologo, Asistente de investigación, Docente Biología, Bioquimica y trabajo de campo
Lo primero que se me viene a la mente cuando digo que soy docente de esta institución como es el Colegio Encuentros, es su modelo educativo, pues nunca antes había oído hablar de dicho modelo y de su forma especial de tratar al ser humano como un conjunto de tres centros (sentimiento, mente y cuerpo) los cuales deben interactuar entre sí, para obtener un mayor nivel de aprendizaje mientras se forman seres humanos integrales y no solo maquinas que acumulan saberes.
Aún recuerdo la primera pregunta que me hice cuando empecé en este hermoso trabajo ¿cómo evaluó el sentimiento o el cuerpo? Y a pesar de no llevar mucho tiempo en él, creo que he ido aprendiendo la respuesta gracias a la escuela de maestros, lugar donde los herederos del modelo nos guían para aprender aplicarlo en el colegio y en nuestro mundo. Lo anterior tiene una gran lógica ¿Cómo voy a formar seres humanos si no soy un ser humano? Y es en este punto donde el modelo se destaca, porque tiene en cuenta no solo el resultado final (la nota) si no el esfuerzo previo realizado por el estudiante, junto con su actitud. Otro de los factores fuertes del modelo es la posibilidad de analizar la situación de vida del estudiante y desde ahí plantear la forma más justa de evaluar, entendiendo que los procesos de aprendizaje de cada uno son distintos.
Ejemplo de esto, es el caso de una estudiante que al comienzo del año lectivo, identificamos en ella una situación que la hacia caer en un bajo rendimiento, luego de un acompañamiento especial, pude detectar que su situación no se basaba en un problema académico, sino que estábamos ante una situación de orden emocional, cosa que se evidenció a través y desde la visión del modelo. Esta experiencia, en lo personal, me enseño que el modelo tiene su efecto positivo cuando se aplica.
